“Llega el candidato de Juntos por el Cambio”, remarcaron varias veces los conductores del acto de lanzamiento como candidato a gobernador de Germán Alfaro, mientras el intendente de San Miguel de Tucumán subía al escenario. Una larga pasarela, adornada con la estética de Juntos por el Cambio, por la que Alfaro caminó de ida y de vuelta, saludando a los presentes que se acomodaron a los costados. “Qué bárbaro el afecto que le tienen”, se sorprendían los conductores, a quienes se los escuchaba a pesar de la cortina musical: la canción era Todo Cambia, pero no en la versión de la tucumana Mercedes Sosa, sino de la banda bonaerense La Beriso. Luego de los saludos y de cantar el Himno Nacional Argentino, comenzó el discurso de uno de los principales candidatos a gobernador en la provincia.
Con un micrófono cuello de ganso y las manos libres, los primeros segundos de su alocución fueron para agradecer a los presentes, resaltando “una de mis debilidades, los compañeros del Liceo Militar que me acompañan”. Luego de los saludos de rigor, comenzó la parte sustancial de la intervención.
“Hace 57 años cerraban 16 ingenios en nuestra provincia, 200 mil tucumanos emigraban a Buenos Aires, y no era una opción, era una necesidad, teníamos sensaciones de desesperanza, de tristeza, de angustia; las familias se desarmaban, los jóvenes se iban. Esos sentimientos son los que tenemos hoy: angustia, tristeza, desazón, familias que se separan, jóvenes que se van del país. Por eso los convoco, para que no nos dejemos robar nuestros sueños, nuestro futuro”, trazó el paralelismo Alfaro para comenzar su discurso.
Luego arengó a que “tenemos que decir ‘basta’ en algún momento, estoy dispuesto a hacerlo, no va a ser fácil, porque sacar a unas cuantas familias privilegiadas que vivieron todos estos años a costa de todos los tucumanos no va a ser fácil” y señaló que “esta provincia no tiene un plan económico, venimos votando slogans”.
Acto seguido, reveló: “Hace seis meses me propuse, con un equipo de trabajo, tener un plan de gobierno para toda la provincia, para contarles qué vamos a hacer para que haya trabajo, producción, infraestructura, salud, educación. Nuestra provincia tiene todo, está diversificada, tenemos montaña, llanura, todo. Hay que aprovechar cada una de esas virtudes”. Y apuntó contra la fórmula gobernante: “El origen de todos nuestros males es el régimen electoral, que no permite alternancia, por eso no lo cambian. En 2015, Manzur-Jaldo; en 2019 Manzur-Jaldo; en 2023 Jaldo-Manzur. ¿Nos tomaron por estúpidos? ¿Se creen que no nos damos cuenta?”.
Las críticas no quedaron en el régimen electoral, sino que se refirió a la educación (“tenemos la penúltima calificación en el país, tenemos que lograr que más adolescentes terminen la secundaria, que más niños se incorporen al sistema educativo, nuestros docentes tienen que ser bien pagados”) y a la salud (“es una situación precaria, tenemos un gobernador médico, una candidata a intendente médica –por Rossana Chahla-, un senador médico –por Pablo Yedlin”).
Alfaro también apuntó a la cuestión productiva: “Ya no somos una provincia productiva, los dos tercios de nuestro PBI es servicios, un tercio es de la agroindustria. Nuestra riqueza está desaprovechada. Tenemos que tener riego en el este para tener todo el año trabajando el cultivo según la estación. El futuro es el biocombustible, pero tenemos que cumplir con el cupo, y para eso tenemos que incentivar esa actividad, dar crédito a los productores, que son los únicos que generan riquezas”. En sintonía con las críticas del macrismo a nivel nacional, señaló que “el Estado gasta y a veces malgasta” y que “Tucumán expulsa a los inversores, porque tenemos una presión tributaria infernal”. Llamó a “volver al consenso fiscal del 2017 e ir bajando el más bruto de todos los impuestos, el impuesto a los Ingresos Brutos”, aunque aclaró: “No se trata de desfinanciar al Estado. Este gobierno acumula y paga sueldos, lo único que hace es pagar sueldos. No hay una obra que haya cambiado la vida de los tucumanos: 16 puentes caídos, el dique fisurado, 20 años de desidia”.
En menor medida se refirió a la seguridad, tópico que solía ser un fuerte para las campañas electorales. Alfaro se limitó a decir que “el delincuente tiene que estar donde corresponde, no puede ser que no durmamos esperando que vuelvan nuestros hijos”, que “hay que mejorar un régimen penitenciario, trabajar con agilidad con el fuero penal de la Justicia”, y que “la policía no tiene que ser una salida laboral, sino vocación de servicio, cuidar al otro”.
En cuanto a la Justicia, apuntó que “muchas veces no la vemos, nos parece lejana, abstracta, pero crea las condiciones para que se desarrollen los negocios en nuestra provincia, brinda seguridad jurídica” y manifestó que “quienes la administren tienen que ser hombres probos, capaces; no pueden ser los aplazados”.
Luego de brindar ese panorama y volcar sus propuestas en los diferentes temas, Alfaro se refirió al tema que desvela a la oposición tucumana por estos días: el consenso interno para conformar una lista unificada para las elecciones. Sobre esto, fue escueto: “Estoy comprometido con la unidad de este espacio. Todos juntos podemos. Dentro de la racionalidad, la lógica y el sentido común. De esa forma vamos a enfrentar a nuestros adversarios. Entonces pensemos lo que vamos a hacer”. Luego recalcó lo que para él son las claves para llegar a un acuerdo: “Racionalidad, lógica y sentido común”.
El intendente remarcó estar convencido de que va a ser gobernador de la provincia y aseguró que va a gobernar “para la felicidad de todos los tucumanos, merecemos vivir mejor, ser felices” y que “a la felicidad a tenemos que buscar juntos, no va a venir un mesías, ni Germán Alfaro, la tenemos que buscar colectivamente”.
Pasarela con estética PRO: el escenario montado para el acto de Germán Alfaro desde arriba.
La senadora Beatriz Ávila junto al exjuez Enrique Pedicone.