Carlos Melconian, economista y exdirector del Banco Nación, ofreció este sábado un análisis crítico y detallado respecto de las recientes medidas económicas que presentó el ministro de Economía, Luis Caputo. En su intervención pública, Melconian aseguró que lo anunciado no representa una simple continuación del rumbo adoptado anteriormente, sino que se trata de una transformación sustancial en el enfoque económico del Gobierno. Según su visión, el país no está transitando lo que se había descrito como una “tercera etapa” del programa económico, sino enfrentando una reformulación total que marca un punto de inflexión.
El viernes, Caputo dio una conferencia de prensa desde la Casa Rosada en la que dio a conocer los principales lineamientos de un nuevo entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Entre los anuncios más relevantes, se destacó el levantamiento del cepo al dólar, así como la instauración de un régimen de flotación del tipo de cambio dentro de una franja acotada, que se movería entre los 1.000 y los 1.400 pesos por dólar. Para Melconian, este giro en la política económica marca un antes y un después.
“El planteo de seguir estirando la situación hasta las elecciones quedó en el pasado”, sentenció el economista, para quien la dinámica económica anterior ya no tiene margen de maniobra. Sostuvo que los cambios introducidos eran una condición indispensable para que el Fondo aprobara el nuevo acuerdo y habilitara el acceso a financiamiento. En su opinión, las modificaciones en materia cambiaria y monetaria son indicativas de una corrección de fondo: “Seguir inyectando dólares para contener la brecha cambiaria dejó de ser una opción viable”, advirtió, remarcando que esa estrategia está agotada.
Respecto del futuro inmediato del dólar, Melconian evitó hacer pronósticos numéricos precisos. Sin embargo, dejó en claro que es inviable esperar que la cotización de la divisa estadounidense permanezca en los niveles previos al anuncio. Según él, el movimiento hacia una mayor flexibilidad en el mercado cambiario tendrá un impacto ineludible en el precio del dólar.
No obstante, también matizó la relevancia del levantamiento del cepo para los individuos, al señalar que esta medida no responde a una exigencia mayoritaria de la sociedad. A su juicio, la preocupación principal de la ciudadanía no gira en torno a poder comprar dólares libremente, sino a cuestiones más urgentes como la baja de la inflación, la recuperación de la actividad económica y la estabilidad general del sistema. “Eso es lo que concentra hoy la demanda social”, afirmó.
El exfuncionario también interpretó los anuncios como una etapa intermedia en un proceso de normalización económica más amplio. Desde su perspectiva, todavía queda pendiente otorgar plena libertad cambiaria a los grandes actores corporativos. Señaló que el reciente “blindaje” financiero —refiriéndose al nuevo flujo de recursos que se espera recibir como parte del acuerdo con el FMI— contribuye a brindar cierto alivio y previsibilidad para enfrentar los compromisos de pagos externos, otorgando un margen de maniobra en el corto plazo.
Durante una entrevista concedida a Radio Mitre, Melconian profundizó en su evaluación del nuevo esquema cambiario impulsado por el gobierno libertario. En su explicación, advirtió que abandonar el sistema de bandas no es algo sencillo ni inmediato. Indicó que, en la práctica, la cotización del dólar venía funcionando dentro de una “pequeña banda” interna, donde el piso estaba definido por el llamado “dólar blend” y el techo era representado por los tipos de cambio paralelos vigentes hasta el viernes. Bajo esa lógica, cualquier nuevo valor de referencia tendrá que ubicarse en un rango que permita cierto dinamismo, sin caer en rigideces que frustren los objetivos de estabilización.
Finalmente, se refirió a las metas vinculadas a las reservas internacionales netas que el FMI ha delineado como parte del nuevo acuerdo. Según Melconian, todo indica que el Gobierno se ha propuesto un período de aproximadamente seis meses para reorganizar sus variables macroeconómicas y encaminar la situación hacia un mayor orden. Esta ventana de tiempo, sostuvo, será clave para evaluar si el giro adoptado logra consolidarse como un camino de salida de la crisis que, hasta ahora, amenazaba con profundizarse.