El camino hacia la búsqueda de su identidad no fue fácil. “Comencé a preguntarle a mi abuela que estaba con un cáncer terminal”, y cuando recuerda ese momento comenta que sentía que el silencio podía llevarse su historia. Le dijeron que nació el 18 de enero de 1992. Que una partera se comunicó diciendo que tenía una nena para entregar. Que su mamá de crianza deseaba con todo su ser tener una hija y que por una enfermedad no había podido. Afrontó los cuestionamientos y empezó a hacer las preguntas incómodas. “Las personas de mi edad muchas veces no se animan a buscar porque los padres están vivos. Hay mucho prejuicio porque esta cuestión del amor con que te crían hace que la búsqueda sea vista como una traición”, reflexiona.
A pesar de que las preguntas con conciencia sobre sus orígenes empezaron en 2016, la búsqueda arrancó en 2020. Hasta hoy, que el camino recorrido la puso en otro lugar. La celebración de sus cumpleaños son un reflejo de esto: “Pasé de tener cumpleaños muy tristes por no tener a mis padres de crianza, a tener cumpleaños muy complicados por no conocer mis orígenes biológicos y hoy son momentos para reflexionar sobre mi identidad, qué cosas tengo, qué cosas me constituyen, quién soy hoy. Mi cumpleaños es importante celebrarlo, incluso con esa incógnita, con mi primera página en blanco”.
Buscar desde el entorno, lo público y lo estatal
Cuando la búsqueda llegó a un punto ciego, decidió hacerla pública a través de sus redes sociales. Obtuvo la repercusión que necesitaba a través de los medios de comunicación, pero no se detuvo ahí. “Es importante hacer la búsqueda a través del Estado”, sostiene Mikaela, que conoce de restitución de derechos, de lucha y de la urgencia de políticas públicas. En plena pandemia, el canal institucional que estaba disponible era la Defensoría del Pueblo.
“Es necesario que los buscadores se acerquen para que se pueda hacer una problematización de esto y, que quede registrado en las estadísticas para que se piense en políticas públicas”, asegura. Entre los canales por donde se puede empezar están la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), que es el Organismo dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos, la Red de Trabajo sobre Identidad Biológica (RETIB), la Dirección de Registro de Personas Desaparecidas, y el Programa sobre el Derecho a la Identidad de la Defensoría del Pueblo de la Nación.
La búsqueda, entonces, se transforma en un acto político. “El Estado fue quien brindó un contexto para que se haga un tráfico clandestino de niños”, afirma con determinación.
Lo que se encuentra en el camino
En su andar, se encontró con otras historias. Personas que se contactaron con ella porque no sabían por dónde empezar su búsqueda, historias de mujeres a las que su familia había obligado a entregar sus hijos. “Cuando hice la búsqueda pública, muchas personas se contactaron y eso significa que en las casas se habló de esto y eso es lo que más atesoro; haber sido un fueguito para que otra persona se anime a hablar”.
La idea del fueguito que enciende a otros se comparte en la experiencia de otros buscadores con los que se fue encontrando en esta travesía. Su lucha no se reduce a una búsqueda personal y eso queda muy claro en su encuentro con otras y otros buscadores.