La inflación de septiembre se situó en 2,1%, según informó este martes el INDEC a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), alcanzando así el nivel más elevado desde abril, cuando había registrado un 2,8%. El alza del dólar fue uno de los factores clave detrás de este incremento. Con este registro, el índice acumula un aumento de 22% en lo que va del año, mientras que la variación interanual alcanza el 31,8%.
Entre los rubros que experimentaron mayores incrementos durante el mes se destacan Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, debido principalmente al aumento de los alquileres, y Educación, con un alza de 3,1%. En contraste, Restaurantes y hoteles fue el sector con menor incremento, 1,1%, mientras que Alimentos, el componente de mayor ponderación en el IPC, subió 1,9%.
La inflación núcleo, que mide la evolución de los precios excluyendo factores estacionales, se ubicó en 1,9%, ligeramente inferior al 2% registrado en agosto. Al respecto, el ministro de Economía, Luis Caputo, desde Washington, destacó en Twitter que «A pesar de la volatilidad financiera generada por el ruido político, la inflación se mantuvo en niveles similares a los meses previos, incluso con la inflación núcleo y la media móvil de seis meses de la inflación general bajando en el margen, gracias a la solidez de un programa macroeconómico basado en el ancla fiscal, la no emisión monetaria y la recapitalización del Banco Central».
Analistas privados señalaron que el dólar influyó en los precios, aunque la transferencia a la inflación fue limitada debido a la caída del consumo. Según ACM, «A pesar de que el tipo de cambio mayorista promedió en septiembre un 5,3% por encima de agosto, el traslado a precios fue limitado, evidenciando un pass-through bajo en el corto plazo». De manera similar, Maximiliano Donzelli, Head of Strategy & Trading en IOL Inversiones, explicó que «El tipo de cambio oficial mostró una marcada volatilidad a lo largo de septiembre, aunque su impacto directo sobre los precios fue limitado».
En esta línea, los especialistas remarcan que la debilidad de la actividad económica actúa como un freno frente a la volatilidad cambiaria: «Pese a este contexto, el pass-through volvió a ser nulo, lo que refuerza la lectura de que la debilidad de la actividad económica continúa actuando como ancla inflacionaria frente a la volatilidad cambiaria. Con una demanda interna retraída, márgenes presionados y tasas de interés reales en niveles elevados, los formadores de precios encuentran limitada su posibilidad de ajustar en línea con el tipo de cambio, moderando así el traslado a precios incluso en un escenario de expectativas más desancladas».
Por su parte, la consultora LCG destacó que «la inflación núcleo se ubica en un nivel idéntico al promedio de los últimos cinco meses poniendo de relieve que la inercia sigue siendo un factor importante que, aún con la actividad parada, dificulta la convergencia a niveles de inflación más bajos». Según sus proyecciones, los próximos meses deberían mantener la inflación en torno al 2%, estimando un cierre del año en 32% anual.
C&T Consultores también proyecta que la dinámica de precios en octubre no sufrirá grandes alteraciones, manteniéndose cercana al 2% mensual. ACM agrega que «los precios de los servicios continúan empujando al alza el nivel de precios general» y que, aunque el tipo de cambio ha mostrado elevada volatilidad, «las mediciones de alta frecuencia en los primeros días del décimo mes del año muestran movimientos acotados».
Finalmente, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central anticipa que la inflación continuará en un rango mensual de 2-2,1% hacia fin de año, con un cierre anual proyectado del 29,8% para 2025, y recién romperá la barrera del 2% en enero del próximo año.