“No vamos a quitar El Rulo. Cambiaremos el puente nada más. El Rulo seguirá existiendo”, con estas palabras Ricardo Abad, titular de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), llevaba tranquilidad ante el comienzo de las obras que el organismo encarará en una de las zonas más icónicas de la ruta 338 que lleva a San Javier y que fue habilitado en 1940.
La dirección informó que las obras para reemplazar el puente demandarán cuatro meses y que la única alternativa de llevarlas a cabo es cortándo el tránsito completamente hasta enero de 2023, donde se lo habilitará nuevamente con el objetivo de no afectar la temporada turística.
La causa de los trabajos se debe a que se observan serias fisuras en los estribos de piedra. El último verano, se analizó interrumpir el tránsito vehicular por temor a un colapso, “Esos estribos están muy fisurados. Tienen muchísimos años. Vialidad ya cambió la bóveda, pero nunca los estribos”, indicó Abad en La Gaceta y explicó que uno de los estribos soporta un empuje muy grande, dado que el cerro es inestable y se producen deslizamientos importantes en la zona.
De acuerdo a lo detallado, las obras se llevarán a cabo con fondos provinciales. En febrero, el presupuesto oficial para la realización de las tareas era de $32,5 millones. Producto de la inflación las cifras se modificaron y el 11 de abril, a través del Decreto N°1.066/3 el gobernador interino Osvaldo Jaldo autorizó el giro de $50 millones en fondos no reintegrables para la DPV, para la realización de la obra. En el documento se precisó que “el pedido obedece a la necesidad de financiar el costo de demolición y reconstrucción de la bóveda del cruce sobre sí misma, de la ruta provincial N°338 en el paraje denominado ‘El Rulo’”.
Por último, Abad afirmó que Vialidad está trabajando en mejorar las condiciones en las que se encuentra el ascenso por Villa Nougués, camino que obligadamente habrá que tomar para llegar a San Javier mientras se desarrollen las obras en El Rulo.