El intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, logró imponerse en la interna local de Juntos por el Cambio (JxC), en sintonía con la interna nacional, en la que Patricia Bullrich derrotó a Horacio Rodríguez Larreta. El contendiente de Campero fue el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, que puso sus fichas en reconquistar al electorado capitalino que le dio la espalda en las elecciones provinciales. Sin embargo, poco parece haber quedado de lo que en otro momento fue un bastión para el referente macrista en la provincia.
Alfaro apuntaba a realizar una gran elección en la capital provincial que le permita compensar una posible derrota en el interior (en la Sección Oeste, Campero contaba con los votos de Yerba Buena y de Concepción, ya que Roberto Sánchez había anunciado el corte de boleta en su favor). Y si bien JxC ganó en la categoría Diputados en San Miguel de Tucumán, fue Campero el que traccionó más votos: de los 96.498 votos (un 30,84%) de la coalición, 51.047 fueron para el referente radical, mientras que los 45.451 restantes fueron del líder del Partido por la Justicia Social (PJS).
Esos 5.596 votos de diferencia se vieron ampliados en el resto de la provincia. En Yerba Buena, por ejemplo, sí se dio lo esperado por el jefe municipal: Campero sacó 17.645 votos, muy por encima de los 5.505 que cosechó la lista de Alfaro. La lista La Fuerza del Cambio, referenciada con Patricia Bullrich, también sacó diferencia en Chicligasta, Leales, Tafí Viejo y Monteros.
La lista de Alfaro no pudo descontar esa diferencia con los resultados favorables en Burruyacú, Cruz Alta, Famaillá, Graneros, La Cocha, Río Chico, Simoca y Trancas. En Lules, el intendente saliente logró la victoria pero por apenas un voto.
En toda la provincia, JxC realizó una elección mala, perdiendo más de 10 puntos respecto a las provinciales y alcanzando apenas el 23% de los votos, siendo víctima del «huracán Milei». La diferencia entre Campero y Alfaro terminó siendo de 21.038 votos y, en caso de repetirse los números en las generales, la oposición perdería uno de los dos escaños que pone en juego en la Cámara de Diputados de la Nación.