Luego del DNU y la Ley Ómnibus, el presidente Javier Milei ha tomado acaso una de las decisiones más difíciles que su círculo íntimo recuerde.
Se trataba de un secreto a voces, pero el diario (opositor) Página 12 lo reveló en su edición de este sábado y la conmoción entre los fervientes militantes libertarios es total: «Milei se muda a Olivos sin sus perros. ¿Y Conan?».
«Son mis hijos de cuatro patas», dijo el mandatario en más de una ocasión. Es más: rompió en llanto como en la foto que ilustra esta nota cuando habló de ellos. Los inmortalizó a través de su bastón presidencial que sorprendió a la propia Cristina Kirchner. A través de perpetuate.com los clonó. Pero, aunque le duela con el alma, Milei se mudará a Olivos sin sus mascotas. O sea: no llevará a todos los Conan, el Conan, a vivir con él.
Milei vive en el piso 21 del Libertador Hotel desde la campaña y demoraba su mudanza a la Quinta de Olivos por remodelaciones puntualmente centradas en las comodidades de los perritos.
La arquitecta a cargo de los caniles de Conan y sus copias fieles reconoció que no consiguió los dólares para las remodelaciones necesarias para los hijos de cuatro patas del presidente.
Muy a su pesar, Milei debe mudarse a Olivos porque la Quinta presidencial no puede estar deshabitada 30 días desde la asunción presidencial o, en caso contrario, debe volver a sus antecesores y nadie quiere que Alberto y Dylan vuelvan a Olivos cantarle el cumpleaños a Fabiola.
Así las cosas, Milei dejará a sus perritos en una quinta de Benavídez y aprenderá a vivir sin la alegría del hogar, rodeado por sus afectos más cercanos como El Jefe Karina Milei o, tal vez, por Fátima Florez, pero no por el querido Conan y sus hijos. No al menos por ahora.