Este miércoles por la noche, la Administración Federal de Ingresos Públicos (ARCA) informó que el sector agropecuario alcanzó un volumen de ventas equivalente a 7.000 millones de dólares, lo que implicó automáticamente el final de la medida de “retenciones cero”. La iniciativa, que había generado un fuerte impacto en el mercado, se sostuvo únicamente durante tres jornadas hábiles desde su publicación oficial en el Boletín Oficial.
La disposición del Gobierno, que reducía a cero las alícuotas de los principales granos y de sus subproductos, produjo una reacción inmediata en el sector exportador. En ese breve lapso de tiempo, se presentaron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) por un total de 4.180.908.362 dólares. El ritmo de registraciones fue tan acelerado que, en apenas unos días, se alcanzó el tope previsto por el decreto 682/2025.
A través de un comunicado oficial, el organismo explicó: “ARCA informa que se ha alcanzado la registración del cupo de siete mil millones de dólares previsto por el decreto 682/2025, por lo que se ha dado de baja la opción de registración de las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) que se encuentren amparadas por el beneficio del citado decreto”. En el mismo documento, se aclaró además que, a partir de este momento, los exportadores únicamente podrán registrar operaciones bajo el esquema anterior a esa normativa.
La eliminación temporal de las retenciones había sido presentada como una medida extraordinaria, con el propósito de acelerar la liquidación de divisas y reforzar de manera urgente las reservas internacionales del Banco Central. En concreto, el decreto 682/2025 fijaba en 0% la alícuota de los derechos de exportación para granos, carne vacuna y carne aviar, estableciendo como límite temporal el 31 de octubre o hasta que se alcanzara el cupo de 7.000 millones de dólares en DJVE, lo que sucediera primero.
Cabe recordar que no era la primera vez que el Ejecutivo aplicaba una estrategia de este tipo. En enero de 2025 se había dispuesto una reducción temporal del 20% en las retenciones a los principales granos, con vencimiento el 30 de junio de ese mismo año. La intención en ese momento también era lograr que los productores adelantaran la liquidación de la cosecha. Bajo esa medida, la soja pasó del 33% al 26%, mientras que sus derivados —como la harina y el aceite— se redujeron del 31% al 24,5%. En el caso del maíz y del sorgo, la retención se ajustó del 12% al 9,5%, y para el trigo y la cebada se fijó en 9,5%.
Finalizado ese beneficio a mediados de año, las alícuotas volvieron a sus niveles habituales. Sin embargo, en agosto se promulgó el decreto 526/25, que dio carácter permanente a las rebajas implementadas en enero. Sobre esa base, llegó en septiembre el sorpresivo anuncio de las retenciones cero, que ahora quedó sin efecto tras el cumplimiento del cupo previsto.