El ministro de Economía, Luis Caputo, brindó detalles sobre la reciente intervención implementada por el Gobierno nacional —a través del Banco Central (BCRA) y el Tesoro— con el objetivo de contener la escalada del dólar, luego de una jornada particularmente volátil en la que la cotización oficial minorista rozó los $1.300 y el dólar blue alcanzó los $1.350. En sus declaraciones, Caputo también dirigió críticas hacia el accionar del sistema bancario.
El titular de la cartera económica explicó que estaba previsto que las entidades financieras realizaran un cambio de activos: canjearan las LEFI (Letras Fiscales de Liquidez, que les permiten invertir a tasa fija con alta disponibilidad) por Lecaps, títulos de deuda del Tesoro a corto plazo. Sin embargo, según afirmó, los bancos adoptaron una actitud conservadora, priorizando mantener liquidez inmediata en lugar de comprometerse con instrumentos a más largo plazo. “Los bancos, con temor a no tener suficiente disponibilidad diaria, optaron por una estrategia más segura y decidieron conservar efectivo en forma de numerales”, detalló Caputo.
Este comportamiento generó un fenómeno que ya se anticipaba: un encaje masivo y simultáneo de fondos, que provocó una caída en la tasa de interés de corto plazo. En respuesta a este escenario, el Banco Central comenzó a actuar para retirar ese excedente monetario del sistema. De hecho, Caputo reveló que fueron los propios bancos quienes solicitaron la emisión de un nuevo instrumento de absorción, conocido como “lici”, que el Gobierno había anunciado el día anterior. El ministro consideró esta alternativa como «la mejor solución posible» en el contexto actual.
En términos técnicos, para absorber el importante volumen de pesos en poder de los bancos —resultado del cobro de cerca de $16 billones en concepto de vencimientos de LEFI— el BCRA ofreció colocaciones a un día con una tasa nominal anual del 25%. Sin embargo, a medida que el sistema respondía, se realizaron ajustes: primero la tasa se elevó al 30%, y finalmente llegó al 36%, lo que representa un incremento de siete puntos respecto a la última tasa de referencia.
Mientras tanto, en los días hábiles previos, el Banco Central ya había retirado del mercado más de $5 billones, en un esfuerzo por evitar que el exceso de pesos alimentara la presión sobre los precios. En ese sentido, Caputo remarcó que el objetivo principal del equipo económico sigue siendo consolidar la tendencia a la baja de la inflación, evitando cualquier desbalance monetario que pueda interrumpir ese proceso. “La prioridad siempre ha sido, es y será evitar que haya un exceso de pesos circulando, porque eso pone en riesgo la desinflación que estamos logrando”, subrayó.
La tensión cambiaria que se vivió este martes marcó un hito, ya que fue la primera vez que el dólar oficial superó los $1.300 desde que se adoptó el esquema de flotación administrada dentro de bandas. Para enfrentar la situación, el Gobierno reactivó los Pases Pasivos —una herramienta monetaria que no se utilizaba desde la salida del cepo— con el fin de absorber liquidez inmediata. Esta medida se complementó con intervenciones en el mercado de futuros, lo que permitió una moderación de la cotización, que finalmente retrocedió cerca de 20 pesos.