En el marco de la sexta fecha del torneo argentino, Tigre consiguió un ajustado empate sobre el final, pero de una manera polémica. Con el partido 1 a 0 a favor de Independiente Rivadavia, el árbitro Luis Lobo Medina y su asistente en el VAR, Nazareno Arasa, sancionaron un penal para el equipo de Victoria, el cual luego Braian Martínez cambió por gol.
A los 52 minutos del segundo tiempo, Jabes Saralegui se metió en el área y terminó cruzándose con el defensor de Independiente Rivadavia. En un principio, Lobo Medina no cobró nada porque el jugador de Tigre impactó contra el rival, quien no tuvo otra opción, sin embargo, desde el VAR lo llamaron y, tras revisarla, decretó que el conjunto local defina desde los 12 pasos.
El juez principal chequeó la jugada por video, ante las dudas con el VAR, y decidió cambiar de opinión. En este sentido, desde la transmisión del partido lo cuestionaron: “Saralegui no tenía la posición de la pelota. Me asombra que la revisen”.
Durante el partido en Victoria, Lobo Medina ya había recurrido a la asistencia en otra ocasión. Durante el primer tiempo, Luciano Gómez (Independiente Rivadavia) aprovechó un rebote tras un centro y remató hacia el cuerpo del arquero, quien tuvo una reacción débil y metió la pelota en su arco. De todos modos, desde el VAR llamaron al árbitro principal porque, en la jugada previa al tiro, un jugador del equipo mendocino la tocó con su brazo. Finalmente, el juez chequeó lo sucedido y dio marcha atrás con el tanto.
Los antecedentes
El juez principal y Arasa son dos de los tantos árbitros más cuestionados del fútbol argentino. Durante la última fecha, Lobo Medina estuvo en el ojo del escándalo, después de una tarde caótica en el partido entre Huracán y Argentinos Juniors en Parque Patricios. Tal como informó LA NACION, hubo tres futbolistas expulsados en el conjunto visitante, lo que encendió la bronca del equipo de La Paternal, que se retiró del estadio con fuertes cuestionamientos hacia el arbitraje.
A su vez, en el segundo tiempo, el VAR dejó de funcionar al no recibir señal desde el predio de la AFA en Ezeiza, lo que complicó al juez principal, que tuvo una mala pasada: Hugo Nervo golpeó a Leandro Lescano, la jugada siguió y enseguida Sebastián Prieto le erró a la pelota y le dio un puntapié a Juan Bisanz. Se ganó la amarilla y, al buscar al autor de la falta anterior, el árbitro amonestó a Facundo Waller, que ya tenía amarilla. La acción desató una ola de protestas hasta que el asistente ayudó a Lobo Medina y le marcó que la infracción había sido de Nervo, por lo que pudo corregir el error.
Lobo Medina, durante el partido de Huracán.JUAN MANUEL BAEZ
También fue cuestionado en 2023, durante el reducido para clasificar a la primera división. En un partido entre Quilmes y Deportivo Riestra -quien no solo ganó el encuentro sino que después subió de categoría-, Lobo Medina tuvo un arbitraje muy cuestionado: sacó 12 tarjetas amarillas y una roja, además de otras jugadas polémicas.
El encuentro parecía culminar sin problemas, pero Lobo Medina obvió sancionar una falta clara de Goitía, que ya estaba amonestado, y por esa acción debía al menos recibir otra tarjeta amarilla y ser expulsado. El árbitro soslayó ese castigo, pero poco después echó al ingresado Carlo Lattanzio, por una acción temeraria, al ir con la pierna en alto frente a un adversario. Además, ya en tiempo de descuento, Milton Álvarez, el arquero de Quilmes, fue a buscar el cabezazo en un tiro de esquina para tratar de alcanzar el empate. Lobo Medina sancionó una falta en ataque de Álvarez que solamente vio el árbitro; el arquero lo increpó y se lo llevó por delante, y de inmediato vio la tarjeta roja directa por esa reacción.
Lobo Medina, tucumano de 40 años, fue ascendido para 2025 a árbitro internacional junto a Gariano y a Sebastián Martínez. Sin embargo, las polémicas y las sospechas acompañan a Lobo Medina desde los torneos de ascenso, ya que dirigió en el Federal A y la Primera Nacional; se inició a los 18 años y recién a los 27 logró saltar a los torneos que diseña el Consejo Federal, que maneja Pablo Toviggino -presidente ejecutivo-, y que representa una caja de poder para Tapia.