El informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) este viernes indica que la media de los salarios se incrementó un 90,4% durante 2022. Esto los coloca por detrás de la inflación que rozó los 95 puntos a lo largo de los doce meses. Con estos números, desde 2018 el poder adquisitivo de los argentinos ha tendido a la baja, a excepción de 2021, año en que ganaron por muy poco.
Los analistas atribuyen la pérdida del año pasado a la inflación descontrolada, que terminó siendo el peor índice en los últimos 32 años. La guerra entre Rusia y Ucrania aceleró la espiral inflacionaria a nivel mundial y Argentina, que ya arrastraba problemas propios desde antes, se vio muy perjudicada por ese proceso.
Al momento de analizar sector por sector de la economía, se puede ver claramente que los trabajadores informales fueron los más perjudicados: apenas un 65,4% aumentaron sus sueldos, casi 30 puntos por debajo del aumento del costo de vida. Los trabajadores en blanco corrieron con otra suerte y, si bien quedaron por detrás de la inflación, estuvieron mucho más cerca: un alza de 93,8% los coloca un punto por debajo. Los trabajadores estatales, por su parte, son el sector que le ganaron a la inflación, ya que los salarios casi que se duplicaron: 99,4% en promedio, casi cinco puntos por encima del aumento de precios.
En un año electoral, las expectativas del gobierno nacional apuntan a poder recomponer el poder adquisitivo, algo que fue promesa de campaña ante el derrumbe de 2018/19 y que no pudo ser cumplido. Para ello buscan controlar la inflación, por un lado, y establecer paritarias que puedan superarlas por algunos puntos. El presupuesto 2023 prevé una inflación del 60%, por lo que Sergio Massa, ministro de Economía, planteará ante la CGT que las paritarias poryecten esos números. Seguramente se establecerá la cláusula gatillo, herramienta clave para evitar asimetrías ante un fenómeno que ya se ha tornado imprevisible como la inflación.