“Aquí lo vimos gimotear, intentando victimizarse”, había dicho en su alegato el abogado querellante Juan Musi. Hablaba de las declaraciones de Facundo Guerrero, el femicida de Ana Ríos. Y así, gimoteando, forzando un llanto que nunca llegó es que la mañana de este viernes 19 Guerrero dijo las últimas palabras en el juicio que tardó más de cuatro años en realizarse. Cinco horas después, el tribunal integrado por Stella Maris Arce, Alicia Freidenberg y Patricio Prado lo condenó a prisión perpetua por encontrarlo responsable del delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio).
En sus palabras finales, Guerrero dijo que estuvo silenciado todos estos años. “Porque si hablábamos era peor. Tengo terror pero tengo mucha valentía y muchas ganas de estar acá y poner el pecho”, señaló al tiempo que remarcaba que nunca se le había cruzado la idea de fugarse. En la sentencia, cuyos fundamentos se conocerán el 5 de septiembre, los jueces ordenaron mantener la prisión preventiva que se encuentra vigente y su inmediato traslado al penal de Villa Urquiza.
“No tengo miedo, solo espero que las cosas sean justas. Yo siempre apelé a la buena fe, a las pruebas. Yo soy inocente”, dijo Guerrero sobre el final de su alocución durante la mañana. Pero las pruebas no dejaron dudas, las pericias fueron contundentes y los jueces, además de condenarlo, hicieron lugar a que se investiguen, por la vía correspondiente, los delitos de falso testimonio de los amigos del femicida: Elvio Delgado, Mario Dominguez, Diego Ramos, Leonela Oreo y Joaquín Valdez.
Familiares y amistades de Ani -como todavía le dicen cuando se refieren a ella- esperaron en la puerta de tribunales en la compañía de organizaciones sociales y políticas, organizaciones de mujeres que estuvieron presentes desde el primer momento. “No tenemos más que palabras de agradecimiento a este gran movimiento de mujeres. Porque cuando la justicia subió a ese departamento y Guerrero dijo que Ana se había tirado, los actores de ese momento le habían creído”, dijo en la puerta de Tribunales Penales el abogado Juan Musi. “Fueron ustedes las que con una masiva manifestación lograron desarchivar la causa”, sostuvo refiriéndose a la denuncia por violencia de género de Ana había interpuesto en 2016.