Se declaran inocentes
Los otros imputados que decidieron ampliar sus declaraciones fueron: Eugenio Alejandro Mamaní -acusado de ser uno de los cabecillas y que se encuentra con retiro obligatorio desde el 2015-, Eduardo Augusto Rodríguez -que se encuentra en actividad y presta servicio en la patrulla motorizada- y Walter Adrián García.
«Quiero negar todo de lo que se me acusa. Quiero decir que jamás formé parte de ninguna reunión. No conozco a ninguna de las personas que están conmigo en la causa”, dijo Mamaní, y señaló de toda responsabilidad al jefe de comisaría 5.ª “Estuve todo el día siendo chófer de móvil hasta el 12, que era mi guardia normal, y me informan que el jefe Lescano, una mala persona, puso en el informe que yo falté al trabajo el 9 y que estaba sancionado.”
Por su parte, Eduardo Rodríguez dijo que no recordaba si había trabajado aquel domingo 8 de diciembre pero que el lunes lo había hecho con total normalidad. Finalmente, el último imputado que decidió hablar, Walter García, además de sostener su inocencia, explicó que desde su ingreso en 2005 tiene un comportamiento intachable. “Yo siempre he trabajado bien, he dado lo mejor de mí para la sociedad”, dijo. Relató que tuvo un problema “muy particular” con el oficial Carlos Romano. “Hasta el día de hoy no comprendo por qué llegué hasta aquí. Me trajo hasta aquí por algo personal que he tenido con él. Él me pone en la escena del hecho, me puso que yo estuve ese día 9 en la sub jefatura. Él me nombra, por eso me trae aquí».
Los hechos que sostienen la acusación
El 8 de diciembre de 2013, a partir de las 20, efectivos de la Policía de Tucumán se acuartelaron y empezaron una huelga. Según el requerimiento de elevación a juicio, los imputados se organizaron en grupos, ocuparon la Subjefatura de Policía y cortaron el tránsito con vehículos particulares. A estas acciones se sumó el impedimento del ingreso y egreso de personal y de los vehículos del Sistema 911. Con todo ello, la ciudad quedó con varias zonas liberadas.
Al día siguiente, señala el documento elaborado por la Fiscalía, los efectivos ingresaron sin autorización y armados al predio de la Subjefatura. Obligaron a los otros oficiales que se encontraban en el lugar a plegarse al reclamo. “Los imputados quisieron o mínimamente se representaron y consintieron como probable, que dicha situación originaría indefectiblemente la producción de múltiples delitos por terceras personas que en forma indiscriminada y en cadena aprovecharon la situación acontecida”, dice el requerimiento.
Los saqueos a los comercios organizados en diferentes puntos de la ciudad dejaron un saldo de más de una decena de muertos y cientos de heridos. Al respecto, desde la acusación no tienen dudas que los acusados de sedición son responsables conscientes de este escenario. “La prueba concreta del desinterés de los acusados se evidencia de sus propias manifestaciones cuando, interrogados sobre el saqueo generalizado en la provincia, muchos coincidieron en un inicial silencio desde el ejecutivo Provincial y un ofrecimiento ‘que no les cerraba’, continuando en su actitud, demostrando acabadamente su desprecio total a la paz social”